"No somos más que una gota de luz, una estrella fugaz, una chispa tan solo en la edad del cielo"... suena la voz de Drexler y yo espero esa parte que dice "deja que el beso dure, deja que el tiempo cure".
Fueron tantos días alimentando una sed de fe que se suicidaba ante el primer descuido,
fueron tantos minutos, amigo mío.
Alguien decía por ahí: "¿viste que te abraza fuerte, como los osos?" y se me viene al cuerpo esa sensación hermosa de verte y esperar tu abrazo gigante y tu sonrisa siempre enorme como este universo que hoy se vuelve tan inmenso y vacío.
Se que pasará, como pasa la misma vida.
Se que te voy a encontrar en muchas cosas.
Se que bastará cantar para ponerte cerca de mi corazón, porque fue la música la que nos dejó en el mismo camino.
Se que te voy a encontrar en los acordes de las canciones que te gustaban, se que cuando suene "Desconfío de la vida" volverás a mi cabeza y a mi corazón con ese pañuelo y toda esa juventud, y volverán tus ojos a mirarme para darme confianza, veré una y otra vez ese gesto que me decía: "ahora" o esa sonrisa que me indicaba que todo había salido bien.
No me voy a engañar. Es pronto. Demasiado.
No encuentro todavía a quién reclamarle el puto libro de quejas de la vida para decirles que no era el momento, que tenías demasiado que hacer, que estabas dejando una huella que alguien muy pequeño fue dibujando tras tus pasos durante 5 años pero le faltaba mucho más por aprender; que había gente muy orgullosa de vos que necesitaba tiempo para poder repetir una y otra vez "Nico es mi esposo, mi hijo, mi hermano, mi nieto, mi jefe, mi compañero" o como yo, "Dejalo un tiempo más, Nico es mi amigo".
Se que te voy a encontrar, querido amigo. Porque si es cierto que hay un cielo, vos estás ahí. En el lugar de los honestos, de los que son buena madera, de los perseverantes, de los compañeros, de los que vinieron al mundo para hacerle el camino mucho más liviano al resto.
Estoy desarmada... no sabré mirar a tus padres, no sabré cómo mirar a Mechy, no sabré mirar a tu hijo y no se si alguna vez pueda subirme a un escenario con la espalda tan descubierta sin tu presencia.
Yo te estoy abrazando fuerte y sigo siendo así de pequeña entre tus brazos y seguiré esperando que esto pase y que esta herida sane, que el tiempo cure.
Para vos siempre fui Lu y vos para mi vas a ser siempre la forma que encontró la vida de hacerme conocer el valioso regalo de la amistad.
Ahora todo está en calma... vos sos de esos fueguitos que hablaba Galeano y esa luz chispeante que celebra tu nombre en cada persona que te conoció va a estar viva siempre para saber que, aunque haya sido poco el tiempo, siempre hiciste que cada segundo valiera la pena.
Se que todo te lo dije y esa es mi paz.
Gracias por tocar mi vida.
Espero volver a encontrarte.
Hasta luego, querido amigo.
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