Cayendo del mapa está Argentina, el país que siempre espera la tragedia para analizar cómo debieron hacerse las cosas.
No tenía nada que decir sobre lo sucedido en Olavarría porque no había visto nada aún pero unas cuantas horas después van apareciendo los que no daban señales de vida, los fallecidos son identificados y los vecinos de Olavarría (de los cuales muchos hicieron el negocio del chori y otros que padecieron a los visitantes ricoteros y que los insultaban en croata antes y durante el show) terminan siendo los que los asisten todavía para dejar tranquilas a las familias desesperadas que perdieron contacto con sus seres queridos.
Ahora bien, la misa hace rato que termina con alguna nota turbia al final pero parece que nada resulta trágico cuando algún bípedo muere en nombre del rock. Una persona que no es fanática de nada (como yo) se preguntará cómo tipos y mujeres de mi edad son capaces de ir a semejante rejunte de gente con sus hijos -por ejemplo-, o cómo se van al medio de la nada sin asegurarse su propio bienestar o simplemente cómo van haciendo dedo y dejan a la suerte la vuelta. Por supuesto que no todos son así, pero 18 horas después del desastre había decenas de personas desaparecidas, familias enloquecidas y gente compartiendo fotos compulsivamente en las redes sociales, había vecinos asistiendo a la gente como si hubiesen sido víctimas de un alud o un atentado, vecinos que se ofrecían para ir a los hospitales a preguntar si allí estaban las personas desaparecidas, vecinos donando comida, agua y ropa para personas adultas que fueron de viaje a ver a un artista.
¿Estamos todos locos? Fueron a un recital! Perdón pero me parece el colmo de la estupidez. Una cosa es ayudar a alguien que vivió una tragedia natural y perdió todo pero estos cabeza de termo fueron a ver al rock star y son -en parte- responsables de que la "Misa Ricotera" sea lo que es y de que siempre haya algún sacrificado en el ritual.
Hace rato que el público de algunos artistas va a los espectáculos a querer alzarse con los laureles de sus talentos o sueños adolescentes incumplidos o truncados y le arruinan la fiesta a los que siguen al Indio desde que era imposible imaginarlo fuera de los redondos.
"La música no mata" escriben por ahí mientras te muestran gente en la terminal de Olavarría con unas caras que te llevan a preguntarte si ellos mismos sabrán cómo se llaman. El asunto es que cada uno hace de su trasero un florero, pero a esta altura y viendo que el promedio lógico colectivo pasa por buscar siempre la culpa en el otro, deberíamos guardar algunos diarios para no olvidar que acá es así y por lo visto no va a cambiar.
Cuando haya tragedias, vamos a hablar todos y vamos a ver las desesperadas reacciones de los políticos y funcionarios de turno buscando que lo sucedido no los salpique, vamos a ver a los otros argentinos ayudando y vamos a ver a los artistas con la soga al cuello vomitando números mientras intentan limpiar sus nombres llamándose artistas aunque muy poco sepan de arte y de sensibilidad.
Cuando Callejeros tocaba aquella noche de 2004 hubo irregularidades que eran parte del folclore argentino, personas que iban con sus hijos a ver a su banda favorita y los sometían a esos pobres niños a tragar humo, a estar aturdidos y encerrados en un baño que oficiaba de guardería cuidados por una persona que ni conocían. Las salidas de emergencia estaban clausuradas, el lugar no debía estar habilitado pero lo estaba. Las bengalas eran la nota de color pero como lo que siempre falta es la lógica, ahí teníamos a dos o tres idiotas enajenados usando pirotecnia en un lugar cerrado y lleno de material inflamable. Todos se lavaban las manos, los fans decían con sus caritas de amor "el Pato frenó el show para pedir..." Ahhhh sí, un tierno el Pato.
Era decepcionante ver a funcionarios, al gran empresario y a los músicos disparando culpas para afuera.
Eran vidas.
Ellos parecían ignorarlo.
La música no mata, es cierto. Lo que mata es la materia gris inexistente de algunos que van a huevear porque les gusta el descontrol y habría que ver si al menos llegan a saber 10 temas enteros de Los Redondos. No es una cuestión de examen para aprobar fanáticos o no, pero esa es una arista de esta pirámide en la que los de abajo se comportan como esclavos, se someten con gusto a un destrato asqueroso.
$800 por ir a ver al rockero en un descampado y en esas condiciones es una locura y cualquier ser pensante debió suponer que no era seguro estar ahí si veían que la organización era inexistente como ya lo fue antes.
Pensar que nos reíamos cuando veíamos a Paolo en un programa de televisión haciendo el papel del hippie quemado que se reía de todo y ahora hay un gran porcentaje de gente que actúa así, por inercia. Uhhh locoooo, qué buena onda esto! Pero fijate si hay puertas de emergencia pedazo de ridículo! Vas con tu hijo, con sobrinos, con tu vieja a quien le duele la cadera!
Por ahí veía la publicación del Maestro Santiago Chotsourian haciendo referencia al concierto a cielo abierto de Amadeus hace algunos años atrás.
Casi la misma cantidad de gente.
Un final absolutamente distinto.
Esto de que de urticaria la palabra "organización" me causa curiosidad pero más me asombra que algunos muertos importen tan poco. Si los hubiese matado un policía sería noticia y tema de análisis sociológico. Murió en un recital y bueno... es que había mucha gente. ¿De verdad? Es así de simple, parece.
Me arriesgo a decir que la educación tocó fondo.
Cuando apenas superaba los diez años le pedí a mi papá que me llevara a ver a Phil Collins o a Soda y me dijo "no porque si te pasa algo me tengo que matar, va mucha gente y me da miedo". Los espectáculos eran en un estadio. En aquel entonces me pareció exagerado pero hoy que ya pisé estadios entiendo a qué se refería. Llevar niños a la Misa del Pastor Solari me parece una tentativa de homicidio.
Y acá viene la parte sin filtro. El Indio Solari tiene unas frases hermosas y la que me copa más es la siguiente: "Tu negocio es muy difícil de explicar y fácil de enseñar."
Que me perdonen los fans pero basta con ver las declaraciones del diosito pagano para entender que él los ve como seres bastante inferiores y así los trata. Algunos dicen que es mejor que no haya cortado el show y eso esconde una gran certeza, se sabía todo. Un artista imprudente que conoce más Nueva York que Buenos Aires aunque sea tan popu y del pueblo ya no asombra apuntando con sus cañones al periodismo que se vuelve salvador o dictador de acuerdo a las conveniencias de turno.
Quería el pogo más grande del mundo y su fin justificó los medios.
El artista le tiene miedo a su público porque los ve como un conglomerado de mersas y se los fuma solo porque se lleva mucha guita cada vez que los amontona para que su ego quede bien alto. La junta en pala, la carga en el avioncito privado y "bon voyage".
Nos quejamos de que viajamos como ganado pero a la Misa vamos a ensardinarnos con alegría, haciendo dedo y exigiendo que nos pongan micros para volver. ¿Quién sos?
Ya sabemos todos que el "lujo le parecía vulgaridad" pero la vida lo puso frente a un público indomable muchas veces antes de ésta y aún así siguió buscando el pogo más grande del mundo. Por qué? Porque no le importa nada el público. Es la Gran Bestia Pop.
Un artista se supone sensible. Me cuesta verle esa cara a él.
Ojalá esta vez todos paguen para que nadie más haga negocio sacrificando otras vidas.
Hay gente idiota en todos lados. No en vano el fútbol es lo que es.
Son solo muestras de que los argentinos somos cada vez más "giles".
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